Capítulo escrito durante un bajón, única vez en el que tengo inspiración buena... por mucho que me digan que la inspiración se busca.

3er Capítulo
-FuegoHielo, el mayor, y el jóven.


No eres el único que le ha hecho daño todo esto…

…¿eh?

Esto no solo te ha afectado a ti…

No…no te…

…si que lo haces. Sólo tienes que mirarte. No eres el único.

…yo pensaba…

Sí, sí, es normal, pero este mundo es mucho más amplio… y no eres el único.

…entonces…

Sí, hay más.

…¿Dó…?

Muchos de ellos en laboratorios.

…¿eh?

Un largo aullido del bosque cercano al pueblo sacó a Sikian del sueño. Sobresaltado y con un sudor frío, miró a los costados, seguía en el mismo lugar de antes… de anoche. Para peor, igual que anoche.

Se quedó unos segundos mirando la ventana que tenía delante. Una voz queda e intranquila resurgió en su mente, como un eco.

…¿eh?

Como respuesta, una voz mucho más suave, con un deje entre amistad cercana, conciliadora, pero sin duda con un intento de excusa, evasión.

No eres al único que le ha afectado todo esto.

…¿eh?

Aquella voz cálida parecía tener un doble filo, oculto, con un borde frío y asfixiante. Las palabras eran sencillas, pero la voz queda, agonizante, parecía no entenderlas.

No eres el único.

…¿egocéntrico?

Yo no he dicho eso.

Las voces empezaban a divagar en su mente. Una mirada ausente se mantuvo colgada en el mismo punto, la luna, durante varios minutos, mientras escuchaba las voces que había escapado de su sueño al despertarse y ahora estaban ahí. Eco, y cada vez menos compresible… menuda discusión.

Entonces… ¿paces de nuevo?

¿Cómo decir que no? ¿Por qué decir que sí? Mejor dicho ¿a qué venía esto?

…¿eh?

Ese ‘… ¿eh?’ fue arrogante, lleno de rabia. El pobre licántropo oía, sin poder cambiar palabra alguna de las que rebotaban a través de sus neuronas. En ese momento sintió como si hubiese respondido él, quemado por tantas frases intrigantes y misteriosas que no tenían sentido unas con otras.

Ni una palabra más, todo se hizo polvo, fino como las partículas del aire y desvanecieron. Una sensación muy extraña… ¿cómo podían hacerse polvo unas palabras, unas voces, y ser arrastradas por un viento que venía de ningún lado hacia ninguna parte?

Tristes jugarretas de la mente.

…¿eh?

¿Eh?

Joder con el ‘… ¿eh?’, ¿hacia dónde había volado ese sueño? Oleadas de rabia acudieron en tropel a las extremidades del hombre lobo que seguía sentado sobre su cama. La fuerza de su cuerpo desaparecía al tiempo que pedía, a gritos, que golpease algo, que se descargase su ira.

Si es sólo un sueño, no hay por qué ponerse así.

¡Maldita voz! O seguía hablando sobre algo productivo (dentro de lo que cabía…) o se callaba, pero no aparecía con comentarios crítico-destructivos inoportunos.

Una gota, transparente y brillante frente a la pálida luz estelar que entraba por el ventanal, corrió por la mejilla de Sikian. Sólo una fue suficiente. Su cuerpo se vio liberado de aquella carga opresora y agobiante.

Habrá que encontrarlos.

Sin duda alguna, el comentario de la voz áspera fue un tanto más oportuno. Sí, le perdonaría aquellos ‘… ¿eh?’ de antes, ni él sabía de qué estaba hablando, o divagando, la pragmática voz de la mujer; sí, eso era, de una mujer.

¿Dónde empezamos a buscar?

¿¡Cómo que empezamos?!

Una tercera voz se unió. Joven… no había otra forma de describir esa voz… joven.

El empezamos fue muy remarcado, y al darse cuenta de los que significaba, el hombrecito empezó a dibujar una sonrisa por el lado derecho de su cara.

Se sintió muy indentificado… joven.

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Marina, sé que hay muchas palabras tuyas, no pretendo ofenderte ni nada por el estilo; sólo fue que me impactaron mucho.

Nekita, asias por la ayuda ^^_

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Entre que no sé dibujat y salió clarito... Siento que se vea tan mal T__T




Pronto sabréis qué es esto ^^_